“Tan sólo puedo renunciar a lo que nunca fue real.”

- Lo único que sacrifico son las ilusiones, nada más.
- Y a medida que éstas desaparecen, descubro los regalos que trataban de ocultar, los cuales me aguardan en jubilosa espera, listos para entregarme los ancestrales mensajes que traen de Dios.
- En cada regalo Suyo que acepto yace Su recuerdo.
- Y cada sueño sirve únicamente para ocultar el Ser que es el único Hij@ de Dios, el Ser que fue creado a Su semejanza, el santo Ser que aún mora en Él para siempre, tal como Él aún mora en mi.
- Padre, para Ti cualquier sacrificio sigue siendo algo por siempre inconcebible.
- Por lo tanto, sólo en sueños puedo hacer sacrificios.
- Tal como Tú me creaste, no puedo renunciar a nada que tú me hayas dado.
- Lo que Tú no has dado es irreal.
- ¿Qué pérdida podría esperar sino la pérdida del miedo y el regreso del amor a mi mente?
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros