“He de ser por siempre un Efecto de Dios.”

- Padre fui creado en Tu Mente como un Pensamiento santo que nunca abandonó su hogar.
- He de ser por siempre Tu efecto, y Tú por siempre y para siempre, mi Causa.
- Sigo siendo tal como Tú me creaste.
- Todavía me encuentro allí donde me pusiste.
- Y todos Tus atributos se encuentren en mí, pues Tu Voluntad fue tener un Hijo tan semejante a su Causa, que Causa y Efecto fuesen indistinguibles.
- Que tome conciencia de que soy un Efecto Tuyo y de que, por consiguiente, poseo el mismo poder de crear que Tú.
- Y así como es en el Cielo, sea en la tierra.
- Sigo Tu plan aquí, y sé que al final congregarás a todos tus Efectos en el plácido Remanso de Tu Amor, donde la Tierra desaparecerá y todos los pensamientos separados se unirán llenos de gloria como el Hij@ de Dios.
- Veamos hoy la tierra desaparecer, al principio transformada, y después, una vez que haya sido perdonada, veámosla desvanecerse completamente de la santa Voluntad de Dios.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros