“He elegido ya lo que Tu Voluntad dispone.”

- Padre, pensé que me había apartado de tu Voluntad, que la había desafiado, que había violado Sus leyes y que había interpuesto otra voluntad más poderosa que la Tuya.
- En realidad, no obstante, no soy otra cosa que una extensión de Tu voluntad que se extiende continuamente.
- Eso es lo que soy, y ello jamás ha de cambiar.
- Así como Tu eres Uno, yo soy uno Contigo.
- Eso fue lo que elegí en mi creación, en la que mi voluntad se hizo eternamente una con la Tuya.
- Esa decisión se tomó para siempre.
- No puede cambiar ni oponerse a sí misma.
- Padre, mi voluntad es la Tuya.
- Estoy a salvo, tranquilo y sereno, y gozo de una dicha interminable porque así lo dispone Tu Voluntad.
- Hoy aceptaremos la unión que existe entre nosotros, y entre nosotros y nuestra Fuente.
- No tenemos otra voluntad que la Suya, y todos somos uno porque todos compartimos Su Voluntad.
- A través de ella encontramos por fin el camino que nos conduce a Dios.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros