
- Un milagro es una corrección.
- No crea, ni cambia realmente nada en absoluto.
- Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso.
- Corrige el error, mas no intenta ir más allá de la percepción, ni exceder la función del perdón.
- Se mantiene, por lo tanto, dentro de los límites del tiempo.
- No obstante, allana el camino para el entorno de la intemporalidad y para el despertar del amor, pues el miedo no puede sino desvanecerse ante el benevolente remedio que el milagro trae consigo.
- En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe como uno.
- Y así, nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque no la entiende.
- El milagro invierte la percepción que antes estaba al revés, y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que ésta manifestaba.
- Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la verdad.
- Ahora puede verse que el perdón está justificado.
- El perdón es la morada de los milagros.
- Los ojos de Cristo se los ofrecen a todos los que Él contempla con misericordia y con amor.
- La percepción queda corregida ante Su vista, y aquello cuyo propósito era maldecir tienen ahora el que bendecir.
- Cada azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del amor.
- Y cada una de ellas se deposita ante la Palabra de Dios, en el altar universal al Creador y a la creación, a la luz de la perfecta pureza y de la dicha infinita.
- Al principio el milagro se acepta mediante la fe, porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para concebir aquello que no puede ver ni entender.
- No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe.
- Y así, el milagro justificará tú fe en él, y probará que esa fe descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tu pensabas que se encontraba allí.
- Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del cielo sobre un mundo árido y polvoriento, la cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir.
- Ahora tienen agua.
- Ahora el mundo está lleno de verdor.
- Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tienen vida es inmortal.