“La ira procede de los juicios. Y los juicios son el arma que utilizo contra mí mism@ a fin de entretener el milagro alejado de mí.”

- Padre, deseo lo que va en contra de mi voluntad, y no lo que es mi voluntad tener.
- Rectifica mi mente Padre mío, pues está enferma.
- Pero Tú has ofrecido libertad, y yo elijo reclamar Tu regalo hoy.
- Y así, le entrego todo juicio a Aquel que Tú me diste para que juzgara por mí.
- Él ve lo que yo contemplo, sin embargo, conoce la verdad.
- Él ve el dolor, más comprende que no es real, y a la luz de Su entendimiento éste sana.
- Él concede los milagros que mis sueños quieren ocultar de mi conciencia.
- Que sea Él Quien juzgue hoy.
- No conozco mi voluntad, pero él está seguro de que es la Tuya.
- Y hablará en Mi nombre e invocará tus milagros para que vengan a mí.
- Escucha hoy.
- Permanece muy quedo, y oye la dulce voz que habla por Dios asegurarte que Él te ha juzgado como el Hijo que Él ama.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros