“La paz, la dicha y los milagros que otorgaré cuando acepte la Palabra de Dios son ilimitados. ¿Por qué no aceptarla hoy?”

- ¿Por qué debo esperar, Padre mío, para recibir la dicha que Tú me prometiste?
- Pues Tú mantendrás Tu Palabra, que le diste a Tu Hij@ en le exilio.
- Estoy seguro de que mi tesoro me aguarda y de que sólo tengo que extender la mano para encontrarlo.
- Incluso ahora mismo mis dedos ya lo están tocando.
- Está muy cerca.
- No es necesario que espere ni un instante más para estar en paz para siempre.
- Es a Ti a Quien elijo, y a mi identidad junto contigo.
- Tu Hij@ quiere ser él mismo, y reconocerte como Su Padre y Creador, así como su Amor.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros