«Juzgo todas las cosas como quiero que sean.»

- Los juicios se inventaron para usarse como arma contra la verdad.
- Separan aquello contra lo que se utilizan, y hacen que se vea como si fuese algo aparte y separado.
- Luego hacen de ello lo que tú quieres que sea.
- Juzgan lo que no pueden comprender, ya que no pueden ver la totalidad, y, por lo tanto, juzgan falsamente.
- No nos valgamos de ellos hoy, antes bien, ofrezcámoselos de regalo a Aquel que puede utilizarlos de manera diferente.
- Él nos salvará de la agonía de todos los juicios que hemos emitido contra nosotros mismos y reestablecerá nuestra paz mental al ofrecernos el Juicio de Dios con respecto a Su Hij@.
- Padre, estamos esperando hoy con mentes receptivas a oír Tu Juicio con respecto al Hij@ que Tú amas.
- No lo conocemos, y así, no lo podemos juzgar.
- Por lo tanto, dejamos que Tu Amor decida qué es lo que no puede sino ser aquel a quien Tú creaste como Tu Hij@.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un Curso de Milagros