“Todos los regalos que les hago a mis hermanos me pertenecen.”

- Del mismo modo en que cada uno de los regalos que mis hermanos hacen me pertenece, así también cada regalo que yo hago me pertenece a mí.
- Cada uno de ellos permite que un error pasado desaparezca sin dejar sombra alguna en la santa mente que mi Padre ama.
- Su gracia se me concede con cada regalo que cualquier hermano haya recibido desde los orígenes del tiempo, y más allá del tiempo también.
- Mis arcas están llenas, y los ángeles vigilan sus puertas abiertas para que ni un solo regalo se pierda, y sólo se puedan añadir más.
- Déjame llegar allí donde se encuentren mis tesoros, y entrar adonde en verdad soy bienvenido y donde estoy en mi casa, rodeado de los regalos que Dios me ha dado
- Padre, hoy quiero aceptar Tus regalos.
- No los reconozco
- Más confío en que Tú que me los diste, me proporcionarás los medios para poder contemplarlos, ver su valor y estimarlos como lo único que deseo.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros