“Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.”

- Padre, déjame recordar que Tú estás aquí y que no estoy sólo.
- Pues estoy rodeado de un Amor imperecedero.
- No hay razón para nada , excepto para la paz y alegría perfectas que comparto Contigo
- ¿Qué necesidad tengo de ira o de temor, cuando lo único que me rodea es la seguridad perfecta?
- ¿Cómo puedo sentir miedo cuando la eterna promesa que me hiciste jamás se aparta de mí?
- Estoy rodeado de perfecta impecabilidad.
- ¿Qué puedo temer, cuando la santidad en la que Tú me creaste es tan perfecta como la Tuya Propia?
- La gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que hagamos.
- Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, así como la Suya.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros