“Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mí, y que en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una un milagro de amor.”

- Así quiero liberar todas las cosas que veo; concediéndoles la libertad que busco.
- De esta manera obedezco la ley del amor, dando lo que quiero encontrar y hacer mío.
- Ello se me dará, porque lo he elegido como el regalo que quiero dar.
- Padre, Tus regalos son míos.
- Cada regalo que acepto me concede un milagro que puede dar.
- Y al dar tal como quiero recibir, comprendo que Tus milagros de curación me pertenecen.
- Nuestro Padre conoce nuestras necesidades.
- Y nos concede la gracia para satisfacerlas todas.
- Y así confiamos en que Él nos enviará milagros para bendecir el mundo y sanar nuestras mentes según regresamos a Él.
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros