“Que la paz sea conmigo, el santo Hij@ de Dios. Que la paz sea con mi hermano, que es uno conmigo. Y que a través nuestro, el mundo sea bendecido con paz.

- Padre, tu paz es lo que quiero dar, al haberla recibido de Ti.
- Yo soy Tu Hij@ eternamente como Tú me creaste, pues los grandes Rayos permanecen en mí por siempre serenos e imperturbables.
- Quiero llegar a ellos en silencio y con certeza, pues en ninguna otra parte se puede hallar certeza.
- Que la paz sea conmigo, así como con el mundo.
- En la santidad fuimos creados y en la santidad seguimos.
- En Tu hij@, al igual que en Ti, no hay mancha alguna de pecado.
- Y con este pensamiento decimos felizmente «Amen».
Instrucciones de la Segunda Parte de Un curso de Milagros